jueves, 11 de febrero de 2010

Nunca llamarse Animal fue menos despectivo

Una vez más, una prueba palpable de que la especie humana es la única que desobedece, por su esencia, el Orden Natural. La única que, diariamente, alardea sin pudor de no poseer ninguno de los fundamentos básicos de convivencia para con la Naturaleza y cada uno de sus miembros.
Aquí os ofrezco un documento gráfico de una lección de vida, de como el poseer determinadas cualidades innatas no significa que se tengan que usar de forma abusiva y descontrolada, sin ninguna razón ni criterio. Hay momentos en los que tener la capacidad de matar o de destruir no exige el tener que hacerlo si no media una razón natural o biológica para ello.

El fotógrafo alemán Norbert Rosing captó estás maravillosas instantáneas en la Bahía Hudson, Alaska, mientras trabajaba en un reportaje para National Geographic titulado Bear beginnings. En un momento dado, se percató de que un gran oso polar se estaba acercando a los perros que tiraban de su trineo. En ese instante pensó que era el final para ellos, pero lo que sucedió a continuación le dejó asombrado. Y no sólo, porque sucediera, si no porque se repitió cada una de las tardes en las que permaneció allí.

En estas fotografías consiguió plasmar el momento. Aquí os dejo las imágenes junto con su explicación de lo sucedido.




Bonitas imágenes, verdad?, ejemplizantes y reflexivas. Pues si algun@, ha pensado que pueden haber sido fruto de algún truco, retoque fotográfico o simplemente un simple instante de lo que realmente sucedió, aquí teneis las imágenes en video.
Disfrutadlas.






3 comentarios:

  1. que bonito! Si el oso parece un perro grandote

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  2. muy bonito, ojala los animales racionales, aprendieramos algo y nos trataramos mejor entre nosotros, y me imagino que el mundo riria mucho mejor

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  3. ohhhhhhhhhhhhhh que tierno , pero casi que me quedo con el RUBIO no es por na que conste.

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